sábado, 23 de abril de 2011

Propuesta del cine como estrategia didáctica en la enseñanza.

Este artículo presenta una propuesta para utilizar el cine comercial como estrategia didáctica en la enseñanza de la psicoterapia psicodinámica. En primer lugar, se revisa brevemente la literatura sobre la enseñanza de la psicoterapia psicodinámica, así como la utilización del cine como recurso pedagógico en general, exponiendo sus ventajas como tecnología didáctica. En segundo lugar, se describe cómo se puede integrar la proyección y posterior análisis de películas en un seminario de Postgrado sobre Psicoterapia Integral. En tercer lugar, se muestra un ejemplo de análisis de la película Amelié y su aplicación en la enseñanza de la psicoterapia psicodinámica, específicamente en .la enseñanza de conceptos tales como “capacidad observante del yo”, “resiliencia”, “intersubjetividad”, “self”, “historia de vida”, “relación terapéutica” y “mecanismos de defensa” entre otros. Por último, se concluye resaltando los aportes de la utilización del cine-foro en la enseñanza de la psicoterapia psicodinámica.


En concordancia con Escontrela y Pereira (2000), definimos el cine-foro como aquella actividad pedagógica de grupo, que apoyándose en el cine como eje didáctico, persigue –a partir del establecimiento de una dinámica interactiva entre los participantes– descubrir, vivenciar y reflexionar sobre las realidades y valores que se presentan en la cinta y que el grupo intenta develar.


Escontrela y Pereira (2000) comentan que es necesario elaborar una programación didáctica de la actividad que contemple al menos los siguientes apartados: a) justificación de la selección y uso de la película; b) integración en el diseño curricular; c) planteamiento de unos objetivos que se relacionen con la facilitación de conceptos, procedimientos y actitudes; d) contenidos; e) actividades; f) materiales de apoyo; y g) evaluación.


Para complementar la idea precedente, destacamos que De la Torre, Oliver, Tejada, Rajadell y Girona (2004) comentan que el peso de la enseñanza a través del cine está en conseguir que el alumnado aprenda del visionado y discusión de una película, y por lo tanto, la estrategia no es de transmisión. La idea es que el cine genere interacción, motivación, implicación, aplicación, tutoría y resolución de problemas, dentro y fuera del aula.


Proceso:
1. Propiciar que sea el propio participante quien descubra los psicodinamismos del caso (trama de la película) y que se forme intuiciones de la situación clínica sin que medie excesivamente la teoría.
2. Organizar los conocimientos “vivenciales” y la “observación participante” que se quería propiciar sobre la psicoterapia psicodinámica.
3. Generar en los estudiantes una familiarización y dominio de las teorías y conceptos más importantes, cada cursante del seminario, una vez realizado el cine-foro, debió consignar un ensayo sobre la película, tomando como punto de referencia el cuadro No. 1, el cual pretendió servir de guía para generar los insumos del cine-foro

4. Discusión de la pelicula.
5. Elaboraran un ensayo de aproximadamente 8 a 10 páginas, en donde se apliquen los conceptos teóricos y experienciales del seminario.

De resultas de este proceso se obtuvieron estos resultados:

Ficha técnica
Título: Amelié. El fabuloso destino de Amelié Poulain. Dirección: Jean-Pierre Jeunet. Intérpretes: Audrey Tautou, Mathieu Kassovitz, Rufus, Maurice Bénichou, Isabelle Nanty. Género: Comedia romántica / De auto. Año: 2001. Duración: 122 minutos (recuperado el 23 de febrero de 2007 de http://www.portalmix.com/cine/ amelie/)

Breve reseña periodística

Ambientada en el barrio parisino de Montmartre, la película narra la historia de Amélie, una joven que redescubre la felicidad tras una infancia repleta de dificultades. En su nuevo trabajo, la protagonista encontrará su verdadera vocación: ayudar a resolver las penurias de todos los personajes de su entorno. Amelié tiene un gran objetivo en la vida: intentar hacer más feliz la existencia de los demás. Para ello, inventa toda clase de estrategias que le permitan intervenir, sin que se den cuenta, en las vidas de las personas que la rodean. La vida de Amelié se ve trastocada con la llegada de un muchacho extraño y peculiar: Nino Quincampoix. Nino trabaja de fantasma en el túnel del terror y en un sex-shop, y en sus ratos libres colecciona las fotos abandonadas en los fotomatones para buscar luego a las personas que aparecen en ellas (recuperado el 23 de febrero de 2007 de http://www.portalmix.com/cine/amelie/).

Amelié y su historia de vida: su infancia, sus padres y sus vicisitudes

Amelié tuvo una infancia solitaria, caracterizada por el deseo de contacto con lo humano. Tanto Nino (el amor de la protagonista) como Amelié tuvieron una niñez signada por el aislamiento y el deseo de hermanos con quienes jugar. Ambos tuvieron infancias marcas por lo “peculiar”, probablemente (y así nos lo deja entrever el director) con episodios de culpa, vergüenza y burla por parte de sus pares y cuidadores (véase la escena donde Nino es burlado por sus compañeros de clase y Amelié culpada por la ocurrencia de las desgracias del vecindario). Sin embargo, Amelié tuvo una fuerte referencia vincular con sus padres y semejantes.
Podríamos conjeturar que probablemente las necesidades de Amelié (sobre todo las de relación) no fueron reconocidas en su infancia. Esto la llevó a tener un pensamiento mágico de autosuficiencia y una vida llena de imaginación. Amelié no definió sus rasgos más sobresalientes, a no ser por una excepcional capacidad para imaginar y tolerar la soledad, que luego convirtió en altruismo. Esta capacidad altruística ayudó a fortalecer las cualidades del yo de Amelié.

El padre era un médico que trabajaba para el ejército. Tenía tendencias obsesivas marcadas, era poco inclinado a mantener relaciones interpersonales y aisló a Amelié del mundo social. En una oportunidad, la auscultó como médico, y encontró que su corazón latía de modo acelerado. Él no pensó que estas palpitaciones eran debido a la excitación por su acercamiento y a los deseos edípicos incestuosos de Amelié, sino que se las atribuyó a una insuficiencia cardíaca. A partir de ese momento, los padres de Amelié dictaminaron que ella no fuese al colegio, y la madre se hizo cargo de la educación de la niña.
La madre de Amelié, quien era maestra, queda super-yoicamente a cargo de su educación privada. Amelié pierde a su madre en una insólita escena, en la que le cae encima una mujer que intentaba suicidarse.

Así, transcurren los años de la vida de la infancia de Amelié, al cuidado del padre. Esto fue moldeando en ella una característica muy importante: la tendencia a fantasear y a mostrarse bondadosa con los demás. A pesar de esta capacidad altruística, Amelié es capaz de mostrar agresión, vengándose de la gente; por ejemplo, cuando era una niña, desconectaba los cables de T.V. para evitar que la gente disfrutara los partidos finales de football, o ya de adulta, entraba en la habitación del verdulero y para vengarse de los malos tratos que éste le propinaba a su empleado, y le hacía una serie de “maldades bondadosas”.

Podríamos decir que a pesar de lo peculiar de su vida, en especial su infancia, Amelié pudo desarrollar una buena capacidad observante del yo, lo cual la protegió de desarrollar una patología mayor en su personalidad.

Amelié adulta

Amelié crece, al menos en apariencia, hasta convertirse en una mujer “adulta” e “independiente”. Esto no significa que sea una mujer en el sentido “genital” del término, pues tiene una serie de inhibiciones que traban su desarrollo personal. A Amelié se le ha dificultado establecer relaciones de pareja, de hecho, se hace referencia al hecho de que tuvo intentos fortuitos, que no resultaron satisfactorios.
Un día, mientras está en su baño, escucha en la radio la trágica muerte de Lady Di. La impresión que le produce tal noticia, hace que se le caiga la tapa de un frasco, la cual choca contra un zócalo. Amelié descubre que allí hay un hueco; se asoma, y encuentra una caja con objetos infantiles. Se trataba de un escondite que en el pasado, un niño había guardado en dicho nicho sus más valoradas pertenencias. Tras un esfuerzo casi detectivesco, que implica relacionarse y descubrir a sus vecinos, Amelié encuentra por fin el nombre del aquel niño, y le devuelve de manera anónima, los preciados objetos. A partir de ese momento, Amelié se transforma en una especie de paladina de la justicia: anónima y sin deseos de que se reconozca su labor, comienza a aparecer con su nueva vestidura: “El Zorro”. El descubrimiento de este “tesoro” le permite a Amelié convertirse en una heroína y aparece esa necesidad de ayudar, casi como lo hacen los superhéroes: “salvando al mundo”. El salvar a otros pareciera que le da un nuevo matiz a su vida, una nueva razón incluso como con más sabor, acaso un deseo desesperado de que la salven e ella misma. Pareciera que el director nos intenta transmitir que de la muerte (noticia del accidente de Lady Di) puede rescatarse la vida (cambio y sentido en la vida de Amelié)

A partir de este momento, Amelié dirige todo su potencial creador a ayudar a los demás. Podríamos asumir que Amelié se refugia en esta nueva identidad: la de hacer el bien y no mirar a quien. Sin embargo, esta característica que luce tan altruística, no lo es tanto. Pensamos que es más una máscara para tapar su inmensa necesidad de relacionarse y amar.
El self de Amelié
Amelié se percibe a sí misma como tímida, con una hipersensibilidad a las críticas y sólo consigue confiar en los demás cuando se ve aceptada y entendida por Raymond (el pintor). Uno de los temores más resaltantes de Amelié es que su inadecuación sea descubierta. Es como si ella se sintiera apenada de sí misma, débil, inepta para competir y defectuosa. Sin embargo, Amelié no sabe exactamente a qué le teme. Podría ser al rechazo, pero ni ella misma lo tiene consciente.
Amelié toma el mundo tal como es: sin mucho juzgar, sin mucho ímpetu. Pero sufre de ansiedad básica. Cuando se angustia, se refugia en su fantasía. Así, Amelié se va convirtiendo en un “outsider de la condición humana”, con la utilización de una defensa: el retiro al mundo interno de su imaginación.

Amelié se adaptó a la soledad a través del juego con los pequeños detalles. Eso la “salva” de la locura. Las cosas sencillas de la vida le brindan felicidad (jugar con sus dedos, meter la mano en las lentejas). De niña, mostró una gran capacidad resiliente, pues el refugio en su fantasía la protegió de convertirse en una personalidad esquizoide o de desarrollar una patología de mayor envergadura.

Podríamos decir que Amelié tiene un estilo de personalidad evitativa. Busca relaciones, pero es temerosa de ellas. Como buena evitativa, teme a la humillación relacionada con el fallo y el dolor conectado al rechazo. Este temor a ser rechazada la lleva a refugiarse en fantasías internas y a evitar situaciones de intimidad interpersonal.
El self de Amelié no es convencional. No le presta mucha atención a las costumbres sociales, pues hasta cierto punto, transgrede las normas de lo social, pero no como lo haría un psicópata, a través del actino out y aprovechamiento de los demás, sino a través del altruismo y de ciertas “travesuras”. Ella utiliza su sensibilidad exquisita para ayudar a los demás a que sean felices, sin ser vista, sin pedir nada a cambio, en el anonimato. Sin embargo, es “tan auténtica”, que se pierde en esa autenticidad, se aísla en sus propias fantasías y escinde sus necesidades afectivas.
El “anonimato” de Amelié, que en un principio le genera tanta satisfacción y seguridad, llega un momento en que la traiciona y se convierte en un “boomerang”. Si sigue anónima, se queda sola y sin dejarse amar. Amelié se transforma de una niña tímida, aislada y retraída, en una mujer capaz de luchar por su amor. Gracias a la relación con el pintor, puede salir de su timidez infantil y convertirse en una mujer adulta, capaz de hacerse cargo de sus necesidades “genitales”.
Amelié y Niño
Nino es el personaje masculino, el alma gemela de Amelié. Su nombre nos da una idea de niño, y la película nos refleja que han llevado una vida parecida, solitarios soñadores. Nino, al igual que Amelié y que el pintor, vive la vida a través de los demás. Ocupa su tiempo reconstruyendo fotos que la gente desecha, y luego recrea toda una historia a través de la fantasía a partir de esos rostros. Este personaje, raro por demás, como todos los que aparecen en la película, trabaja haciendo de muerto en un parque de atracciones, y en una tienda porno.
Amelié lo “descubre” gateando en el piso, recogiendo las fotos que la gente ha desechado. Ocurre algo, por primera vez extraño, ella se enamora del joven, entonces, fóbicamente, comienza a darle signos de su interés para causar un encuentro entre ambos, pero siempre a último momento termina escabulléndose. El muchacho por fin la devela y decide ir a buscarla.
Nino se enamora del misterio que representa para él Amelié, pues el se siente atraído por los misterios: su trabajo, sus hobbies y esa extraña mujer que le envía acertijos, pero que no se deja descubrir. Esa es Amelié.

El pintor: Raymond Dufayel (el hombre de cristal)

La relación entre Raymond Dufaiel, el pintor, y Amelié, escenifica la relación que se establece entre terapeuta y paciente, entre dos vidas, entre dos subjetividades. También es un ejemplo del curador herido, en donde se comprende el sufrimiento del otro porque en parte se parece en algo al propio, aunque solo sea en el sufrir.
El pintor, también llamado “el hombre de vidrio” es un personaje que se vuelve un álter ego en la vida de Amelié, y llega a ejercer funciones muy similares a las que realizaría un terapeuta. La amistad entre Amelié y el pintor refleja a dos personas que se consiguen y que han llevado una vida muy similar: ambos no se han logrado definir psicológicamente y ambos son seres aislados, pero con inmensas necesidades de ayudar a los más necesitados. Amelié es aceptada por el pintor de manera incondicional, sin ser criticada, ni siquiera cuando es vista haciendo travesuras con el vendedor de verduras o falsificando una carta. El pintor observa sin hacer comentario alguno sobre las actividades de heroína de Amelié, ni en sentido positivo, ni en sentido negativo.
El pintor tiene una enfermedad rara y simbólica a la vez: sus huesos son tan quebradizos que no puede salir de su casa. El espectador se imagina que este pintor ha llevado también una vida muy triste, y sin embargo, al igual que Amelié, es capaz de mostrar ternura y bondad hacia los demás.
El hombre pinta el mismo cuadro todos los años, y representa en sus personajes las vidas e historias de personas reales, dando la idea de que el vive a su vez a través de sus personajes. Muy parecido a lo que hace Amelié con la fantasía y su tarea de ayudar a otros, pues ella vive a través de las vidas de esos personajes y no la propia. El pintor se lo hace ver, cuando le dice que si se ocupa de la vida de los otros, quién se ocupará de los problemas de ella misma.
Amelié oficiaba, a su vez, también de terapeuta para el pintor, para propiciar la toma de conciencia en él y la necesidad de encontrarse con los demás. Ella también intenta ayudar a su amigo el pintor, enviándole anónimamente videos sugestivos.
Tanto Amelié como el pintor son capaces de entenderse el uno al otro a un nivel inconsciente y profundo, casi al punto de “leerse la mente”, en un acto intersubjetivo, donde la comprensión entre ellos es más fuerte que la mediación del lenguaje verbal. El pintor mantuvo una aceptación incondicional empática (concepto de Carl Rogers), que sirvió como una experiencia emocional correctiva (concepto de Franz Alexander) con ella, y funcionó como un objeto del self (concepto de Heinz Kohut): primero la contiene, luego la descubre, después la define y luego la confronta.
Amelié no se “cura” por recordar, sino por la relación que mantuvo con el pintor y en la acción, en el aquí y el ahora es que ella logra cambiar y hacerse cargo de sus necesidades. Es fundamental esta metáfora y su relación con el proceso psicoterapéutico.
Amelié y Raymond construyen una profunda relación intersubjetiva, sin mucha reflexión, pero lo hacen desde la vivencia, para luego pasar a la acción. La alianza entre ellos, al igual que en un proceso psicoterapéutico, ayudó a que ella tomara acción. Amelié se fue relacionando de modo distinto con el pintor. Lo pudo escuchar y esto generó un cambio. El pintor fungió como una figura paterna que no la atrapó en la díada edípica. Fue capaz de percibir los deseos y necesidades de Amelié y la ayudó a crecer.
Al final, el director nos muestra que con esfuerzo es posible lograr la felicidad, tal como le sucede a Amelié, pues ella supo hacer de los obstáculos nuevos caminos, porque a su vida le bastó el espacio de una grieta para renacer.

5. Conclusiones

En este artículo hemos intentado demostrar que es posible utilizar la tecnología didáctica del cine-foro en la enseñanza de la psicoterapia. A través del análisis de una película como si fuese un estudio clínico, pudimos generar una reflexión crítica en nuestros alumnos, con la intención de lograr el entendimiento psicodinámico de un caso, el del fabuloso destino de Amelié Poulain.
El cine-foro es una estrategia de reflexión, participación e implicación en los procesos de creación de conocimiento. Mediante el relato cinematográfico, en este caso, el visionado, posterior discusión y elaboración de un ensayo de la película “Amelié”, se logró que los alumnos constataran tres tipos de procesos formativos. Primero, se produjo un proceso de aprendizaje personal en los participantes del curso, tanto en la creación de conocimientos vivenciales asociados a la psicoterapia psicodinámica, como en actitudes, valores y emociones que generan el aprendizaje de dicho enfoque terapéutico. Segundo, se sistematizó un proceso de innovación, utilizando la tecnología cinematográfica y al cine-foro como una estrategia didáctica, capaz de propiciar la creación de conocimientos en el área de la psicoterapia psicodinámica, Por último, se generó un texto escrito (guía didáctica de la película), mediante el cual los cursantes del seminario pudieron aproximarse a la formulación de hipótesis diagnósticas de una trama en la historia de vida de los protagonistas de la película.

Con el empleo del cine-foro en la enseñanza de la psicoterapia psicodinámica, creemos haber superado la confrontación teórico-práctica, pues pudimos integrar la observación participante, la reflexión intuitiva y la aplicación de conocimientos a un entramado humano. A través de la presentación de este estudio de caso, y específicamente a través del despliegue del resumen de las ideas expuestas en la guía didáctica presentada, hemos intentado mostrar que el cine tiene un efecto de integración de los conocimientos, donde se ponen en juego procesos lógicodeductivos y emocionales. Del análisis del texto presentado, podemos afirmar que hubo aportes orientados hacia la vivencia y lo emocional, hacia el impacto de la película en la audiencia y hacia la aplicación de conceptos teóricos relacionados con el aprendizaje de la psicoterapia psicodinámica.



viernes, 22 de abril de 2011

Empresas o Psicópatas

La Corporacion Instituciones o Psicopatas



“Las corporaciones son creaciones artificiales, podríamos decir que son monstruos que intentan conseguir el máximo beneficio posible a expensas de cualquiera”.
- “Es un gigante con varias cabezas. Una cabeza puede decir algo que suena muy bien y la otra puede estar haciendo algo que está abiertamente en contradicción con el espíritu de lo que estaba diciendo la otra cabeza”.




“La corporación es como una colmena: es jerárquica, hay una reina o consejeros delegados, pero todos los zánganos sirven a los intereses de un organismo colectivo”.

“Es un grupo de individuos que trabajan juntos para conseguir una variedad de objetivos, el principal de los cuales es obtener unas ganancias grandes, crecientes, sostenibles y legales… para las personas propietarias del negocio“.

“Las personas jurídicas no son como las personas: no tienen un alma que salvar, ni un cuerpo a quien encarcelar”.

“Las corporaciones recibieron el derecho de una persona importante. Eran personas sin conciencia moral: quiero decir que se espera que una persona se preocupe por los demás, pero estas personas son especiales porque, por ley, se les permite preocuparse unicamente por sus accionistas y no por el resto de la sociedad, ni siquiera de su comunidad o sus trabajadores”.

Se trata de frases sacadas del documental Corporaciones, ¿instituciones o psicópatas? y que he estado viendo gracias a Paco, que me mandó los enlaces después de charlar tranquilamente sobre los temas de los que trata el mismo, pero sin siquiera mencionarlo. Está dividido en tres partes (primera, segunda y tercera parte).

El documental establece un paralelismo entre la conducta de la empresa moderna con ánimo de lucro y el comportamiento de un psicópata clínicamente diagnosticado. Las prácticas corporativas examinadas encajan con los síntomas que el DSM-IV considera definitorios de la psicopatía:

Despiadada desconsideración por los sentimientos de los otros.
Incapacidad para mantener relaciones prolongadas.
Despreocupación imprudente por la seguridad de otros.
Falsedad: mentir y engañar repetidamente a otros para lucrarse.
Incapacidad de sentir culpa.
Incapacidad de acatar las normas sociales y los límites legales de conducta.

A mayor grandeza de la empresa, a mayor crecimiento, a mayor ambición territorial y económica… más probabilidad de comportarse de una de estas maneras, de un modo psicópata. Merece la pena tomarse un tiempo para ver el documental. Sobre todo para el que tenga una empresa de reciente creación, o el que quiera crearla: ¿no querrás tener un hijo psicópata, verdad?

No sé, igual este nuevo modo emergente de concebir la empresa (llámalo abierta, dos.cero o como sea) del que hablan y hablo a menudo por este blog sea el germen de una persona jurídica algo más coherente y de patrones más saludables.

¿Crees que las corporaciones son así? ¿Crees que es posible una gran empresa en la que no haya al menos 4 de los 6 puntos anteriores? Opina, opina…

Fuente: conGestión de Personas, Por Nacho Muñoz