domingo, 30 de enero de 2011

Proceso del maltrato 1. Desempoderamiento



La película comienza con el relato desgarrador de Rosa, una de las mujeres maltratadas del grupo de terapia del que Sara se despide después de tres años.

El lenguaje de Rosa presenta el desempoderamiento típico de la mujer maltratada. O cómo señaló Martin Seligman, la Indefensión aprendida , o adquirida. Esta es una condición psicológica en la que un sujeto aprende a creer que está indefenso, que no tiene ningún control sobre la situación en la que se encuentra y que cualquier cosa que haga es inútil.

Dice Rosa: Yo no quería que nos oyera discutir, le pedí que no gritara, empezó a empujarme, me encerró en la despensa y se fue. Yo no podía respirar, me agobio sin luz. Mi hijo me llamaba pero yo no podía salir. No quería asustarlo, sólo tiene cinco años.

El lenguaje verbal es el principal medio a través del cual organizamos nuestra realidad interna (pensamientos y sentimientos). También es el principal medio a través del cual comunicamos nuestra realidad interna al resto de la humanidad y nos relacionamos con ella.



"Una realidad es construida, mantenida y modificada lingüísticamente." Heinz von Forster


"Los límites del lenguaje de uno son los límites de su mundo."    Ludwig Wittgenstein


"Cuidado con los pensamientos: se convierten en palabras; cuidado con las palabras: se convierten en acciones;

cuidado con acciones: se convierten en hábitos;

cuidado con los hábitos: se convierten en carácter; cuidado con el carácter: se convierte en destino.




Frank Outlaw

En la descripción de los hechos, Rosa es la parte pasiva, alguien que pide para que le concedan, aunque no lo consiga, alguien que se deja hacer porque “no puede” hacer otra cosa. La acción es atribuida al marido: el grita, empuja, encierra, se va.

El no verbal y el tono de voz de Rosa muestra a una mujer sumida en la desesperación y el dolor del maltrato.

Sara con un tono emocional más positivo y seguro, comienza a relatar su experiencia. Su expresión y tono de voz muestra más poder personal, denotan una aceptación de los hechos, propios y ajeno, que la alejan de la confusión y bloqueo que presentaba su compañera Rosa.

“Por amor renuncié a ser yo y sólo quería desaparecer”. En esta confesión asume la parte activa de su experiencia, su responsabilidad y su error.

Esta es una creencia muy típica en el género femenino. La renuncia a todo por amor. El fundirse en la pareja. El ser uno sólo. Esta creencia irracional y romántica se ha visto fomentada por los mensajes culturales y religiosos, sobre todo en sociedades patriarcales: "Cada uno tenemos nuestra cruz", "Hemos venido a sufrir", "Tiene ganado el cielo con su sufrimiento", "Dónde va el cubo va la cuerda", "Tienes complacer a los demás", "Tener un hombre para que te cuide, proteja, etc", "Sexo débil", etc.

El mensaje victimista y sobreprotector podría resumirse en "Tienes que cuidar de todos, pero sólo un hombre puede cuidar de tí"

En términos de grupo sanguíneo diríamos que se les da un mensaje tipo O-,  es compatible con todos, por lo que, quien tiene dicho grupo se dice que es un donante universal, pero sólo puede recibir de un tipo.

Sara comienza su relato. Desde que deja su pareja porque este no le prestaba atención, puesto que él sólo quería divertirse y ser el lider de su grupo ( estas fueron las razones por las que le atrajo, seguramente por que el podría hacerla sentir bien, divertida y de fiesta, posición yo estoy mal él está bien). Finalmente siente que ella está bien, pero él mal,  se siente abandonada, frustrada y muy enfadada. Se siente victima. Le culpa a él de su desempoderamiento, como si ella no hubiera sido complice del mismo.

Se entiende que éste es el final de la relación, pero que para llegar a aquí Sara ha tenido que "aguantar" muchos más "abandonos" por parte de David, y ha tenido que esperar que el "cambiara".

Seguramente Sara tiende a descontar las agresiones o peligros en su entorno. "Aguanta hasta que su resentimiento le hace explotar". Guarda cupones de victima para luego intercambiarlas por una buena bronca de perseguidora, como vemos en el parking.

Descuenta los peligros a los que se expone. Marcharse sola, de noche, andando por las solitarias carreteras de un polígono, en el que seguramente pasarán coches cargados gente que puede salir de la discoteca en la que ella estaba cargados de copas u otras sustancias, es todo un peligro potencial para su seguridad.

Vemos como uno de los amigos observa a Sara, a su posición de victima en la relación con David y su oportunidad de ser "salvador" de la victima. Como nos explican desde el análisis transaccional el salvardor esconde a un perseguidor, siempre en busca de un beneficio personal y nada altruista.

Podríamos inferir que desde el punto de vista del análisis transaccional, Sara, se presenta manteniendo un  rol de victima. Juega a "Si no fuera por ti", "Qué he hecho yo para merecer esto" o "Por qué me tiene que pasar a mi" etc.(1)

Su guión es por tanto un guión de victima, de sumisión.

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